miércoles, 23 de julio de 2008
El CUENTO SUFÍ de ... LA BUENA SUERTE ... y/o ... LA MALA SUERTE
Hace 15 ó 16 años ... en uno de mis primeros contactos con el sufismo ... una mujer brasileira, de quien recibí las primeras enseñanzas sobre el Eneagrama -en sucesivos talleres a los que ella autodenominaba el "Mapa de los Secretos"- y a quien recuerdo con afecto y gratitud, me contó un cuento que, desde entonces, ha vuelto a mi en versiones similares, por diferentes vías, y con distintas voces:
El personaje central es un anciano cuyo caballo -del cual se ayudaba para cultivar el campo- escapó.
A las condolencias y comentarios recibidos sobre su mala suerte, nuestro anciano respondió ... ¿Mala suerte ... o buena suerte? ... no puedo saberlo.
Pasados algunos días, el caballo regresó ... acompañado de una manada de caballos salvajes.
La respuesta de nuestro anciano -en este caso a los comentarios de sus vecinos sobre su buena suerte- fue muy parecida ... ¿Buena suerte ... o mala suerte? ... no puedo saberlo.
Mientras montaba a uno de los caballos salvajes, para intentar domarlo, el hijo del anciano se cayó, y se partió una pierna.
Nuevamente los vecinos "sabelotodo" empezaron a murmurar sobre la mala suerte del buen anciano ... pero él nuevamente repitió ... ¿Mala suerte ... o buena suerte? ... no puedo saberlo.
Al poco tiempo, el ejercitó reclutó a todos los jóvenes de la aldea para ir a la guerra ... excepto al hijo del anciano ... debido a su pierna rota.
¿Fue buena suerte ... o mala suerte? ... el anciano seguía sin poder saberlo.
El cuento -muy sintéticamente resumido- siempre me ha parecido una joya con multitud de posibilidades, en lo que a lecturas e interpretaciones se refiere ... incluyendo la certeza de que la suerte no siempre llega de la forma esperada ... y la necesidad de confiar en la vida, y en su infinita sabiduría ... con todo lo que esto supone y significa ...
Esta vez, su recuerdo se ha hecho fuertemente presente en mi memoria ... tras experimentar, en primera persona, que lo que en su momento pareció ser un absoluto infortunio ... pasadas sólo tres semanas se ha convertido en el único punto de apoyo capaz de solucionar favorablemente un problema bastante real, cuyas implicaciones me tenían profundamente triste, realmente preocupada, e incluso presa de una cierta angustia ...
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3 comentarios:
En mi vida, me ha pasado eso varias veces, cosa que creí en principio que eran mala suerte, al final resultaron volverse todo lo contrario...pues a consecuencia de ellas, llegaron momentos muy buenos...así que nunca se sabe...
Me ha encantado el cuento, nunca lo había visto..
Besos y cariños
Hola Anabel
Me produce una gran alegría este post tuyo...
Yo también he experimentado algo sobre este tema recientemente...
Y confianza en la vida es lo que más he traido puesto de mi retiro en Taizé.
Gracias por que en tu texto me reafirmo, con todo lo que supone.
Un abrazo enorme
CALIDASIRENA, M. JOSE, y COMPARTIMOS?:
Es una obviedad que el cuento tiene muchas lecturas –y no creo que haya unas más válidas que otras- pero ... la que en este momento más me llega también tiene que ver con la confianza en la VIDA ... para mi ... entendida como aceptación de todo lo que me pasa ... certeza de que la realidad es perfecta tal cual es -al margen de opiniones, puntos de vista, preferencias, o valoraciones- y ... ¿un cierto desapego, precisamente, del propio juicio?.
Besos a los tres.
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