sábado, 20 de septiembre de 2008
LA SOLITARIA SOLEDAD ... DEL CRISANTEMO ...
AL CONTEMPLAR EL MUNDO
sólo veo un crisantemo
-solitaria soledad-
mientras la muerte se aproxima.
Abandonado por mi maestro y por amigos,
me alzo como un enebro solitario,
duro y empecinado,
que hunde su raiz en las rocas.
Puesto que crecí sólo,
estoy acostumbrado a la soledad.
Como el rinoceronte,
la soledad es mi única compañía
y, con ella, converso conmigo mismo,
pero, de vez en cuando, la luna solitaria,
la tristeza y la alegría
se congregan a mi lado.
No confíes en nadie
porque, de hacerlo, estarás a su merced.
Un yak solitario es capaz de desafiar a los lobos.
El resto del ganado, sin embargo, tiene miedo
y, al intentar escapar, sucumbre ante su ataque.
Si permaneces en soledad, nunca podrás ser engañado.
Así que no confíes en nadie
porque la confianza implica rendición.
Por eso nunca, nunca, te fíes.
Pero sé amable.
Porque mostrándote amistoso hacia los demás,
fortalecerás tu desconfianza.
La idea es ser independiente y no implicarse
ni apegarse, por así decirlo, a los otros.
De ese modo, cada vez seremos más compasivos.
Suceda lo que suceda, sigue tu propio camino
y recuerda esta frase:
no confíes.
De Chögyam Ttrungpa: Timely Rain (páginas 13-14)
Muchas son las veces que, en el pasado, he leído este texto sin poder entenderlo demasiado, y sin poder evitar una profunda extrañeza, tristeza e, incluso enfado con su autor.
Hoy -convencida de que lo único importante es el viaje solitario: trabajar con nosotros mismos, siguiendo nuestra propia intuición- creo que me llega, o resuena, de otra manera ... lo entiendo algo más, la extrañeza no es tanta, y siento que puedo sentirme identificada con el sentir que refleja ... sin tantos enfados y/o resentimientos.
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